Recuperando la calma

Disfruta de este texto narrado por Maite Bilbao Siempre has sido un poco solitaria, reconócelo. Te encanta salir a pasear huyendo de los lugares más concurridos; sumergirte en la contemplación de las nubes en el cielo, de las copas de los árboles y las aves que las habitan o sencillamente perder la mirada en el ir y venir de las olas del mar que te transportan a los lugares más lejanos. Mientras, tus pies se mueven a su antojo sin que nadie les indique un destino. De nuevo te sientes con fuerzas para continuar tu camino. Tus pulmones se llenan y tu respiración se vuelve más profunda. Las tensiones han desaparecido y podrás resistir un día, dos o lo que haga falta hasta que puedas reencontrarte de nuevo con tu yo interno. Ese deambular sin una finalidad prefijada ensancha tu pensamiento que se expande y se desplaza por los rincones de tu mente. Ese es el momento en el que afloran nuevas ideas, nuevos propósitos. Sin nada planeado, los proyectos surgen con una fluidez que...