El final del verano
Fue en la época en la que los cotilleos, los rumores y hasta las noticias se transmitían a viva voz. En algunos pueblos pequeños, como Calafell, en el que pasábamos las vacaciones de verano, persistía la figura entrañable del pregonero que a golpe de corneta nos ponía al corriente de las novedades. Tantísimos años después, me es imposible recordar la fecha exacta ni quién nos lo dijo, pero nos llegó una información que nos pareció la bomba. Para despedir el verano, el último sábado de agosto se iba a celebrar una fiesta con el Dúo Dinámico en el Hotel Miramar. La noticia estaba recorriendo el pueblo como una bola de nieve que, a medida que viajaba de boca en boca, se iba alimentando de lo que cada uno añadía. Según los últimos rumores, después del concierto, habría ocasión de hablar con ellos y hasta de pedirles una foto dedicada. En cuanto lo supimos, mi amiga Elena y yo empezamos a imaginar cómo sería ese encuentro con nuestros ídolos. No habría discusión posible: a mí me enca