Entradas

Mostrando entradas de abril, 2023

Maullidos

Imagen
  Laia se despierta sobresaltada y con un ligero escozor en la garganta. El silencio invade la casa, por eso, cuando mira el reloj y ve la hora, pega un bote y sale corriendo. Tiene que avisar a Claudia de que ya son las ocho y va a llegar tarde al trabajo. Llega jadeante a la habitación de su hija, pero las únicas palabras que salen de su boca suenan así: —Miau miau miaaauuu. La chica, que no tiene muy buen despertar, todavía somnolienta lanza un grito: —¿Te has vuelto loca o qué? Por mucho que lo intente, todo lo que Laia consigue articular sigue siendo: —Miau miau miaaauuu. —Muy graciosa mamá. Ya vale. Deja ya la tontería, ¿quieres? Pero Laia sigue maullando sin parar, con el rostro contraído y un rubor que va subiendo de tono poco a poco. No sabe como detener ese lamento gatuno, que no reconoce como suyo, y la impotencia hace que sus ojos se nublen y una lágrima rueda por su mejilla, seguida de una segunda y una tercera que se convierte en una catarata de llanto imposible

Sospecha confirmada

Imagen
  Todavía medio dormida, Raquel se levanta de la cama, reprimiendo el deseo de tirar el despertador por la ventana. Tropieza con la pata de la cómoda, pero no parece sentir el dolor y cuando llega al cuarto de baño no puede reprimir un grito sordo. — ¿Qué hace mi madre mirándome desde el espejo? — piensa — . ¡Es imposible! Si hace más de cinco años que dejó este mundo. ¿Estaré teniendo una experiencia paranormal? Sale corriendo y cuando llega a la habitación, de nuevo la ve observándola desde la luna del armario. Aunque su yo interno le dice a gritos que hay una explicación razonable, Raquel no quiere darse por enterada. Necesita comprobar qué imagen le devuelve el espejo del salón, pero la voz de su marido la detiene. — ¿Se puede saber qué haces mirándote en todos los espejos de la casa? Imagen de Richard Duijnstee en Pixabay Si te ha gustado, podrás encontrar más microrrelatos: Aquí

Musorenting

Imagen
  No me queda otra solución. Y es que ya han pasado más de tres semanas desde que volví de vacaciones y no hay manera de que de mi pluma, bueno del teclado de mi ordenador, -no me voy a poner ahora romántica-, salgan más de dos líneas seguidas. Y ya que Maite Bilbao me lo ha recomendado y Leticia R. Mena sugiere que podría ser un buen camino, voy a hacer uso de un novedoso sistema de inspiración: el musorenting. — Que sí. Que tienes que recurrir al musorenting , que te lo digo yo -d ice Maite con aire de entendida-. Tienen unos musos estupendos. Y puedes elegir entre varios modelos chulísimos, según lo que te apetezca escribir. Van de maravilla y no son nada caros. Y allí que voy yo a meterme en el lío y a ver qué pasa. Porque, como dicen, de perdidos al río, aunque rime y no quede muy bonito Primero quiero investigar un poco eso de la inspiración y los musos . No es que no me fíe de Maite, que lo hago, pero siempre es bueno ver lo que se opina en las redes. Y vaya que sí se habla