Instinto paternal
Armado con una mopa, Lucas restriega el suelo de la portería con energía y no ve a la señora Ribera, del tercero segunda, que entra en ese momento y está a punto de tropezar con él. —Por Dios, Lucas, ¡menudo susto! ¡Ten cuidado! ¿Se puede saber qué te pasa? Te veo un poco alterado hoy. —¡¡¡No me hable, no me hable, que creo que voy a matar a alguien!!! No tienen vergüenza. No saben con quién se meten. Cuando salga de aquí me voy para allá y le rompo el alma a uno de ellos. Mientras habla, Lucas sigue frotando el piso . Parece querer sacar le un brillo qu e nunca volverá a tener . Pero la vecina , que conoce los prontos del hombre, quiere saber más e insiste: —Lucas, tranquilízate un momento y explícame lo que ha pasado . — H ace ya diez años que Lucas es el conserje del edificio y tiene una buena relación con la mayoría de los inquilinos. —La tía esa, que se me ha llevado a Olivia. ¡¡ ¡Tres años, tres años cuidando de ella! !! Y ahora vienen y me la quitan . Que dice