Regreso al hogar

El portón de entrada había desaparecido y lo que antes había sido un jardín repleto de azaleas y geranios era ahora un terreno yermo y ennegrecido por el fuego. El camino que llevaba hasta la casa estaba repleto de cascotes y montones de desechos. Al fondo, la fachada, otrora blanca, había adquirido un tono grisáceo y estaba cubierta de culebras dibujadas por la metralla que se había abierto paso sembrando grietas y orificios. Las ventanas, con los vidrios resquebrajados, mostraban los jirones de las que un día fueron cortinas de terciopelo. Hacía un año que Roshni se había visto obligada a abandonar su casa y ahora que por fin había podido regresar le esperaba un panorama que ni en sus peores pesadillas había podido imaginar. Había tenido que afrontar las muertes de su esposo, su padre y hasta de su hijo mayor y lo había hecho con entereza a pesar del profundo dolor. Y ella, que creía que sus lágrimas se habían agotado, sintió un escalofrío y sin pretenderlo, sus ojos se humedecier...