Llanto contenido

Han pasado muchos años pero las imágenes no se han borrado de su mente. En las largas noches de insomnio, mientras intenta dormir,  Sebas lo recuerda y es como si todo se volviera a repetir. 

Acurrucado en la oscuridad, con muchos kilos menos y la cara lampiña, aprieta las mandíbulas atento a los sonidos nocturnos que preceden al castigo. El rumor de unos pasos hace que se encoja aún más. Se tapa la cabeza creyendo que así será invisible y estará a salvo. Es en vano. Los pasos se acercan; suena el chasquido del pomo de la puerta apenas perceptible. Un sollozo brota de su garganta. "Otra vez a mí no, por favor", dice en silencio. Pronto, un suave tirón hace caer la sábana que lo protegía. Intenta reprimir las lágrimas que ya empapan sus mejillas.  Solo desea que todo acabe cuanto antes.

Una suave caricia lo trae de vuelta. Abre los ojos y ve la preocupación pintada en el rostro de Lola. Su corazón todavía late como un potro desbocado pero su presencia lo tranquiliza. Deja escapar un sonoro suspiro y trata de ralentizar el ritmo de su respiración. La abraza con fuerza y se pregunta si algún día podrá dejar su pasado atrás.

Relato seleccionado en el "V Certamen Internacional de Relato Corto La Esfera" para su publicación en la antología "El Club de los relatores"

Imagen de Jorge Guillen en Pixabay