Inspiración
Tengo que escribir un relato y no sé por dónde empezar. Mis ojos van del teclado a la pantalla y de la pantalla al teclado sin que mis dedos atinen con las palabras adecuadas que hagan fluir una historia que merezca la pena ser leída. Podría probar la “técnica” de mi amiga Vanesa, que siempre escribe en la terracita de un bar. Dice que le va de cine porque en casa no se concentra. Nunca lo he probado, pero ante mi desespero, termino por coger mi PC y salir a la calle.
En mi barrio abundan las terrazas, aun así, o quizás por eso, no sé por cuál optar. Por fin elijo una, con parasoles verdes y macetas con flores rojas -begonias, creo- a su alrededor. Ahora me enfrento a la necesidad de elegir una mesa a la que llegue la luz de forma que su reflejo en la pantalla no me impida ver lo que escribo. Y no es tarea fácil. No hay demasiada gente, pero los mejores sitios están ocupados y sospecho que nadie tiene prisa por abandonar su puesto.
Cuando creo haber encontrado el lugar adecuado, en una esquina y al lado de un macetón, ha pasado casi una hora y mi pantalla sigue tan blanca y expectante como antes. Me pido un té verde matcha de esos que están de moda -no soporto el café-, con la esperanza de que la teína active mi inspiración. Pero no hay manera, el mundo se ha conjurado en mi contra y las ideas parecen no querer tratos conmigo. Estoy a punto de tirar la toalla cuando llega una pareja de esas que no pasan desapercibidas.
Se instalan en la mesa que está justo al lado de la mía. A pesar de todo, me da tiempo de darles una ojeada. Ella va maquillada de tal forma que a mí, que llevo la cara lavada, me hace pensar en una máscara de teatro chino: tiene los labios desbordantes y de un rojo sangre, la línea negra que rodea sus ojos excede con creces el tamaño de estos y sus mejillas son una auténtica explosión de color. Él tiene pinta de roquero que ha dejado atrás sus mejores años; lleva una camiseta negra con una imagen del que, sin duda, debe ser su grupo favorito: AC&DC. En sus brazos es difícil encontrar un solo centímetro de piel libre de tatuajes góticos.
Hablan en voz alta, muy alta, como si quisieran compartir su conversación con todos los presentes. Me quedo petrificada contemplándolos unos segundos, pero reacciono con rapidez e intento disimular mi curiosidad, mirando la pantalla vacía. Enseguida comienzo a teclear a lo loco, como si estuviera escribiendo la novela ganadora del próximo Premio Nadal, sin dejar por ello de aguzar el oído. No quiero perderme ni un detalle de la charla de este par que, ya en sus primeras palabras, promete.
―¿Me has traído las papelinas, Juanca? ―dice ella como quien pide los cruasanes del desayuno.
―¿De verdad me vas a sacar este temita aquí, tía? Te prometí dártelas y lo haré, pero en casa. Ya te lo dije.
―¿En la tuya o en la mía? Porque me pasé por la tuya ayer y no había nadie, cabroncete.
―Bueno, es que ayer, estuve liao con el Luismi que estaba mustio y se me hicieron las quinientas.
―No me lo digas, no me lo digas. Se ha vuelto a meter en una movida chunga. Otra vez. ¿Es tonto o es que ha comido flores, como decía mi madre?
―¡No seas víbora! Que el pobre no es mal tío. Además, esta vez la movida ha sido en el curro.
―Uishhh, que me temo lo peor¿Qué ha pasao?
―Esa maldita jefa suya, esa que es medio famosilla que lo tiene acosao.
―¿Famosilla? Pues no caigo. Y, ¿acosao? ¡Quiero todos los detalles! Desembucha.
―Sí, mujer, la…
De repente solo se oye un susurro que soy incapaz de descifrar. Intrigada, miro de reojo y veo al tal Juanca inclinado sobre la mujer, hablándole al oído. Maldigo para mis adentros, mi inspiración está a punto de esfumarse. Con disimulo, acerco mi silla a la pareja, pero solo pillo alguna que otra palabra aislada. Hasta que una carcajada me hace dar un bote en el asiento y oigo a la mujer que, muerta de risa, dice:
―¡A Luismi no le va a quedar más remedio que salir del armario!
Sonrío y, ahora sí, comienzan a fluir las palabras.
Imagen generada por IA
Buenas, buenas Mariángeles, claro que me gustó tu relato, como tu dices la intriga y a ver cómo termina y plop ahí tenemos el final !!!
ResponderEliminarMuchas gracias! Besos
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