Un Sant Jordi interplanetario

 


Este texto surgió de un reto lanzado por el Centre Cívic Vil·laurania de Barcelona hace un año, con motivo de la festividad de Sant Jordi. Hoy lo incorporo a mi blog como modesto homenaje a esta festividad que tanto tiene que ver con la escritura y la cultura.

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Me habían encargado un reportaje que había requerido varios meses de entrenamiento y preparación. No era para menos, ya que implicaba un viaje con destino al planeta rojo que duraría un año.

Y es que la celebración del día de Sant Jordi tenía tanta repercusión en el Universo que su fama había llegado hasta Marte. Nuestro corresponsal marciano informó al canal de noticias donde yo trabajaba de que, en el 2040, los marcianos celebrarían su propia fiesta. Mi misión sería hacer un reportaje del evento.

Evitaré el relato del viaje que, como es fácil imaginar, fue largo y tedioso. Por suerte, el amartizaje se hizo sin sobresaltos. Mi llegada tuvo mucha difusión en los medios locales por lo que fui recibido por una multitud de curiosos. Sabía que no podría comenzar mi visita hasta después de pasar cinco horas en una cápsula de despresurización, así es que, sin dejar de ser cortés, fui muy breve en los saludos. Luego, mi guía marciano me acompañó hasta el alojamiento.

Al día siguiente, el sonido de unas trompas me hizo dar un bote en la cama. ¡Me pareció estar en un torneo medieval! JXP, mi guía, enseguida me sacó de mi falsa impresión: era la señal de que los festejos estaban a punto de comenzar.

Al contrario de lo que se podría pensar, JXP no era de color verde. Su cutis era anaranjado y parecía desprovisto de nariz o, si la tenía, fui incapaz de verla. En cambio, tres ojos se movían a toda velocidad en su rostro; daban un poco de vértigo. Colgado del hombro llevaba un aparato rectangular con teclado que hacía las funciones de traductor simultáneo; cada botón correspondía a un idioma. Sin esta ayuda, hubiera sido imposible entenderse. Era curioso ver que todos los marcianos iban vestidos del mismo modo: un mono liso cuyo color variaba en función de su oficio. Los guías, por ejemplo, iban de azul oscuro.

En todo el recorrido que hicimos hasta llegar a la ciudad de Salmarcia, centro de la celebración, no pude ver vegetación alguna. Por eso, me sorprendió ver las calles repletas de rosas rojas. Parecían de terciopelo y sus pétalos eran irisados. Además, cada flor iba acompañada de una vara de hojas doradas. JXP me explicó que las hacían de jarosita, un mineral muy común en Marte, y las tallaban a mano.

A ambos lados de las calles habían colocado unos expositores de formas geométricas que contenían unas planchas metálicas llenas de caracteres extraños. Una vez más JXP me sirvió de gran ayuda: eran libros. Funcionaban con un sistema parecido al de nuestro libro electrónico, salvo que estos solo podían contener una obra. También me dijo que habían traducido varios de los bestsellers editados en la Tierra. En algunas plazas se podían ver cuentacuentos rodeados de niños.

A medida que avanzaba el día, las calles se iban llenando de visitantes. Cada vez se veía a más gente portando libros y rosas. De no ser por el aspecto que tenían, hubiera jurado que estábamos en plena Rambla de Catalunya.

De pronto, un resplandor llamó mi atención, un enorme dragón rojo se acercaba a nosotros. Mi primer impulso fue salir corriendo, pero JXP me lo impidió con suavidad mientras me decía:

¡No temas! Es solo un robot. Hemos querido reproducir vuestro dragón terrestre. Lástima que aquí es imposible crear el color verde.

Sin esperarlo, me sentí muy cansado, por lo que le pedí a JXP que me llevara al hotel. Habían sido demasiadas emociones en muy poco tiempo. Ahora tenía que poner en orden mis anotaciones y escribir el reportaje.

Safe Creative #2204281024269


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    Comentarios

    1. Una historia muy divertida y, además, dentro de lo increíble, te quedó muy creíble tanto el planteamiento como la escenificación. En Marte no, pero estoy convencido de que habrá otros Sant Jordi en otras galaxias.

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      1. Muchas gracias, Javier. Valoro mucho tu comentario sobre todo porque este es un género que me resulta difícil.😃

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