Persuasión
Estás convencido de que nadie te comprende; nadie excepto ella, Laura, que es tu guía y tu norte. Por eso vives siempre pendiente de tu móvil que es el cordón umbilical que te mantiene unido a ella; no te separas de él. Notas una vibración en tu bolsillo y un pitido te avisa de un nuevo wasap. El mensaje te lo deja bien claro: "ten cuidado y no bajes la guardia. Ellos tampoco son de fiar". Aún así, dudas y te preguntas por qué desconfiar de la sangre de tu sangre. Pero enseguida piensas que ella, Laura, tu amiga del alma, el amor de tu vida -aunque no se lo has dicho- y por la que estás dispuesto a darlo todo, no te mentiría.
Ellos quieren obligarte a ir a la Universidad y tú quieres hacer otras cosas. Se lo cuentas a Laura que te aconseja el camino a seguir. Pero te invade la incertidumbre y te debates entre la conveniencia de ignorar los consejos de Laura y la necesidad de actuar. Sabes que no va a ser fácil; al fin y al cabo son tus padres. Hasta que un día, discutes con ellos y la balanza se inclina..., en su contra. Y te decides: ayudarás a Laura y si tus padres se ven afectados, será culpa de ellos. El primer objetivo es conseguir el dinero que necesita Laura y ya sabes cómo hacerlo.
Hablas con ellos y les dices lo que quieren oír: lo has pensado mejor y harás esa carrera de Administración de Empresas que se han empeñado en que hagas. Les pides tres mil euros para pagar la matrícula. Ellos, convencidos de que por una vez les has escuchado, sonríen y te lo dan.
Te sientes orgulloso de ti mismo cuando le das el dinero a Laura. Ahora podrá dedicarse a esa investigación secreta con la Policía, de la que siempre te habla pero que nunca te explica con detalle. Te pide que la ayudes y te da el nombre de una persona a la que tendrás que vigilar. Tampoco esta vez te explica el objetivo pero, aún así, dedicas tus días a hacerlo. Anotas todos sus movimientos y le envías los detalles a Laura. Ella te da instrucciones y tú las sigues sin cuestionarlas.
Laura cada día es más exigente y te pide más y más dinero. Nada es suficiente. Tú le das todo lo que tienes y te desprendes hasta de esos ahorros que guardabas celosamente para comprarte una guitarra eléctrica. Se te acaban los recursos y Laura te propone que acudas a tus padres, pero tú sabes que no es una buena opción. Por eso has decidido conseguirlo a tu manera.
Es jueves, el día que tus padres suelen salir a cenar con los amigos. Tendrás mucho tiempo para registrar la casa con calma. Empiezas por su dormitorio, registras las mesillas de noche, el armario y el tocador, sin éxito. Luego, te diriges al despacho de tu padre y abres uno a uno los cajones del escritorio. Cuando menos lo esperas, un crujido te hace dar un brinco. Te pones en guardia y escuchas atentamente oculto tras la puerta. Contienes la respiración. Tu corazón se acelera. "Alguien se ha colado en mi casa", piensas. El brillo de un abrecartas sobre la mesa te da una idea y lo agarras a modo de puñal. En el pasillo suenan unos pasos. Desde tu escondrijo ves una sombra que se acerca. Armado con el abrecartas abres la puerta bruscamente y descargas tu brazo con fuerza sobre el intruso, una y otra vez. Solo cuando cae al suelo te das cuenta del error. La billetera de tu padre en el mueble del pasillo te hace comprender.
La angustia se apodera de ti y haces lo único que se te ocurre. Laura responde al tercer timbrazo. Una vez más ella te explica lo que hay que hacer para eliminar el rastro de lo ocurrido.
Una densa humareda sale de las ventanas de tu casa y, cuando huyes, ves a tu madre a lo lejos que espera el regreso de tu padre con la billetera olvidada.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Hola, Mariangeles. Que bueno tu relato, que manera de enganchar y de hacer que tú mismo te metas dentro de la historia. Me ha encantado. Felicidades
ResponderEliminarHola. Me alegro de que te haya enganchado y encantado. ¡Muchas gracias!
EliminarMe ha tenido nerviosa junto con él hsta el final.
ResponderEliminarGracias por comentar mi relato, Amalia. El objetivo era crear esa tensión y veo que lo he conseguido. Me alegro
EliminarMuy bien relatado! Y la historia... Enganchada total!! 👏👏👏
ResponderEliminarMuchas gracias, Sara. Me alegro de que te haya enganchado.
EliminarUn abrazo
Como estoy acostumbrada mellevas al ritmo de tu escritura. Muy buen cuento. Gran salida del asunto en el final. Ne imagino la conciencia con la que se ha quedado. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias, Amalia. Lo peor de todo es que está inspirado en un hecho real. No puedo imaginar cómo se puede vivir con eso.
EliminarUn abrazo