Reencuentro 1ª Parte



 —¡Pero, Paco! ¿te has vuelto loco o qué? ¿Cómo se te ha ocurrido invitarlo?

—Tranquila, mujer. Es el mejor amigo que he tenido en toda la vida. Merece toda mi confianza.

—¡Qué pronto se te ha olvidado el motivo por el que tuvimos que dejarlo todo y venirnos a esta maldita ciudad!

—Gustavo es lo más parecido a un hermano para mí. No tienes por qué preocuparte.

Nada de lo que dice Maite hace mella en Paco. No puede hacerle cambiar de opinión.

Paco está de buen humor. Esta noche podrá, por fin, encontrarse con un verdadero amigo. Ya casi no se acuerda de lo que es eso. Hace casi dos años que se tuvieron que exiliar y dejarlo todo atrás, trabajo, amigos, familia. Cree que dos años son tiempo suficiente para que las cosas se hayan olvidado. Esta visita será como una gran bocanada de aire que le ayudará a suavizar la asfixia con la que vive.

Maite sigue enfadada, sabe que Paco está jugando con fuego pero no le queda más remedio que aguantarse. Le cuenta que ha sido totalmente fortuito, que Gustavo está de turismo en la ciudad y se han encontrado por la calle. A pesar de los años trascurridos y los pequeños retoques estéticos a los que Paco se sometió para cambiar su apariencia, su amigo lo ha reconocido en seguida y todo ha ido rodado.

Durante la cena, Maite permanece en silencio y solo responde con monosílabos cuando se dirigen a ella. Por el contrario, Paco charla como hace tiempo no lo hacía y las carcajadas resuenan por toda la casa. Maite tiene que reconocer que no había visto a Paco tan eufórico desde hace precisamente dos años. No para de hablar con Gustavo de su colección de locomotoras, le explica que tiene miniaturas de todas, desde de la primera máquina de vapor, construida en 1804, hasta de las más modernas.

Mientras Maite recoge la mesa, Paco se lleva a Gustavo a la habitación que tiene dedicada a los ferrocarriles. Es una estancia pequeña pero repleta de estanterías llenas de máquinas de tren. Todas están etiquetadas con nombre y año de construcción.

Tardan en regresar y a Maite no le sorprende porque sabe que Paco no tiene fin cuando se trata de sus trenes. Al cabo de un rato, empieza a pensar que la cosa dura demasiado. Un portazo sobresalta a Maite que corre a la habitación. Un grito de horror escapa de su garganta al ver a Paco que yace en el suelo con la frente ensangrentada. De Gustavo no queda rastro.


Para leer la continuación pincha aquí - Reencuentro 2ª parte

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Comentarios

  1. Me llevaste de la mano. Pensaba en oro final que quizás ocurrió y por eso el golpe que tuvo Paco. Muy bueno. Me encantó la sencillez y el movimiento.

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    1. Muchas gracias, Amalia. Tus comentarios me alegran y me animan. Un abrazo

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  2. Que intriga me has dejado. Tienes que seguir, no me puedo quedar así. Jajaja, no voy a dormir pensando en lo que habrá pasado hace dos años. Buenísimo Mariángeles.

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    1. Voy a seguir sin duda, Maria. No ouedo dejar a mis lectores con esa intriga. Y espero que mientras puedas dormir! Ja ja ja!

      Muchas gracias por leer mis relatos y tomarte el tiempo de comentarlos.

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  3. Me he quedado mudo, dios mío, ¿qué ha pasado?

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    1. Amigo, vas a tener que esperar un poco osra saberlo...

      Gracias por leer mis historias y comentarlas

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