El paso del tiempo
Cuando la conoció le pareció la mujer más bella del mundo. Deseaba con locura hacerla suya por lo que desplegó todas sus artes amatorias. Le recitaba poesías de Bécquer, le enviaba ramos de rosas rojas por sorpresa, le regalaba bombones y lo más importante: sabía satisfacer sus deseos antes de que ella supiera que los tenía. Sus sueños se hicieron realidad: se casó con ella y tuvieron tres hijas. Eran felices.
Han pasado los años y ahora que, por fin, vuelven a estar solos, él no para de repetir a quien quiera oírlo los mil y un defectos que tiene su mujer.
Imagen de Pixabay
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Ohhh, que triste! Hay tantos casos así en que se olvidan cuánto se amaron...me gusta mucho como escribes, Mariangeles. 🤗👋🥰
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.
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