La casa de espino y otros microrrelatos


 La casa de espino

Carlota abre los ojos y le cuesta unos segundos fijar la mirada, no reconoce el lugar. Intenta moverse y de su garganta escapa un grito de dolor. Le duele todo el cuerpo. Recorre con la mirada la habitación hasta que comprende que es la de un hospital. Intenta recordar lo sucedido pero la única imagen que puede evocar es la de una casa recubierta de alambre de espino: la suya.

 

***


 

Más allá de las apariencias


Era una delicada flor, aterciopelada y de suave aroma. Con una eterna sonrisa en los labios y una voz llena de dulzura, tenía pretendientes a docenas.

Por eso nadie llegó a comprender qué había visto en aquel abejorro desgarbado, de rasgos indescriptibles y que parecía extraído de un cuento de terror.

Contra todo pronóstico tuvieron un matrimonio largo y feliz.

***


Desafío

Se desafían con un simple gesto, la mirada puesta en el oponente. Comienzan la danza sincronizadamente y avanzan con destreza florete en mano, adelante y atrás; giran a un lado y a otro sin llegar a rozarse. Los asistentes contienen el aliento cada vez que acortan la distancia que les separa.

Al final, sucede lo inevitable y, en un avance certero, uno de ellos cae, herido de muerte.

 

***


Voces

El primer aparato en hablarme fue la maquinilla de afeitar. Luego le siguieron la tostadora, la cafetera y hasta el exprimidor. No eran conversaciones largas, no. Pero daban alegría a mis mañanas. Cuando se lo conté a mi mujer se empeñó en que fuera a ver al psiquiatra.


***

 

El sarao de las ocho

Eran las ocho en punto. Me asomé a la ventana y todos aplaudían con entusiasmo. Cuando acabaron los aplausos las miradas se dirigieron al terrado del número 68. Pobres, no sabían que esa tarde no habría sarao al ritmo de “Resistiré”. Cerré la ventana y regresé junto a mi vecino. Las visitas al supermercado podían ser un buen sitio para iniciar una relación romántica.

 

***


Resistiré

Carla contempla su torso mutilado en el espejo y le cuesta reconocerse en la imagen reflejada. Una lágrima recorre su mejilla mientras recuerda el día en que le dieron la noticia. Sabe que ya nada volverá a ser lo mismo pero enjuga su lágrima y se dice que nunca se dejará vencer.


***

 

Recuerdos

Sacó del armario su caja de recuerdos y extrajo las fotos. Seleccionó, una a una, todas en las que aparecía Arturo: las de la primera cita, las de la primera verbena, sus primeras vacaciones juntos, las del día de su boda, las del viaje a París y muchas otras. Las apiló a un lado, luego cerró la caja y la volvió a colocar en su sitio. Ya podía encender la chimenea.

***


Encuentro

Estaba convencido de que su amor era correspondido. Por eso no lo dudó ni un momento. Al verla llegar con una sonrisa en los labios y caminando hacia él, corrió a su encuentro. Cuando ya estaba cerca, cerró los ojos y abrió los brazos para recibirla en ellos. Sintió el aroma que la estela de su larga melena dejó al pasar junto a él, sin verlo.







Comentarios

  1. Excelente relato. Lo disfrute de principio a fin. Muy divertido y fresco.

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    1. Muchas gracias, Boni. Me alegro de que te haya gustado.
      Un saludo

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